Exfuncionario de Pemex,
Carlos de Régules, asume el desafío
Por: Luis Téllez
Tras casi año y medio de su nombramiento al frente de la recién creada Agencia
de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), aún se mantienen altas las expectativas
del desempeño de su director ejecutivo
Carlos de Régules.
Sin duda, los retos para el antes subdirector de Planeación Estratégica
y Operativa en Pemex se relacionan no
sólo con “garantizar la seguridad de las personas y la integridad del medio
ambiente con certidumbre jurídica, procedimental y de costos” tal como lo
enuncia la Misión de la Agencia.
Se dice lo anterior, porque el encargo exige ganar credibilidad, atributo de muy escasa presencia en este
sexenio. Y es que precisamente, mejorar el nivel de vida de la población fue el
argumento de venta de la reforma energética, por parte del titular del
Ejecutivo, cada vez más expuesto a la crítica e insatisfacción de los mexicanos.
Más allá de vigilar la correcta implementación de mejores prácticas en
la industria de los hidrocarburos y que se apliquen los más altos estándares de
calidad en favor del medio ambiente, la ASEA debe vencer las tentaciones para no caer en la complacencia o “hacerse de
la vista gorda” cuando se trate de acciones deshonestas en todos los
niveles del sector.
Definitivamente el cargo representa una poderosa espada de dos filos, pues la Agencia emite la normatividad y, al mismo tiempo, es responsable de velar por su correcta aplicación.
Es más, algunas funciones y poderes le son transferidos desde otras
instancias de gobierno a la ASEA, órgano descentralizado de la secretaría de
Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
A continuación, algunos evidentes aspectos que definen los alcances de
la hasta el momento discreta, pero poderosísima agencia federal.
La secretaría de Energía
(Sener) deja a la Agencia de Carlos de Régules la regulación, supervisión y
gestión de la seguridad industrial.
Por si fuera poco, será la encargada
de entregar y revisar los permisos para la exploración y producción de
petróleo y el otorgamiento de operaciones de gas LP.
Por su parte, las Comisiones
Reguladora de Energía (CRE) y Nacional de Hidrocarburos (CNH) ceden la
supervisión, regulación y gestión de autorizaciones en seguridad industrial para
el diseño y operación de procesos relacionados con la distribución,
almacenamiento y transporte de petróleo, petrolíferos y gas natural.
Todavía más: la Profepa
(Procuraduría Federal de Protección al Ambiente) le entrega la facultad de
supervisar, investigar y sancionar
las actividades del sector hidrocarburos.
No siendo suficiente poder concentrado en una mera Agencia, dirigida por
el ingeniero químico egresado del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores
de Monterrey, la propia Semarnat le
transfiere la facultad para otorgar
licencias, permisos y autorizaciones de protección ambiental en el sector
hidrocarburos, uso de suelo para labores industriales y el manejo de residuos y
descargas.
Por todo lo anterior, de
Régules Ruiz-Funes no la tiene fácil, pues tratar de cumplir la encomienda sin
resultados claros ni convincentes podría acrecentar la inconformidad ya generalizada
en el país.
Por el momento, de Régules dispondría todavía de un voto de confianza, que bien podría ser efímero, dado
que debe enfrentar terrenos pantanosos en un sector vital para el desarrollo
nacional y que, a los ojos del ciudadano de a pie, ha sido subastado por un
gobierno muy dado a disfrutar de gustos caros con cargo a los bolsillos de los
contribuyentes.
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